24 de julio de 2008

http://granadamap.com/abadia/indexsp.htm

Desde la abadía se denomina el Valle de Sacromonte. Se sitúa en el cumbre del Monte Valparaíso al final del camino de las siete cuestas.


El 15 de marzo de 1594, dos hombres estaban buscando tesoro, y supuestamente encontraron una placas de plomo dentro de una cueva. Escritas en árabe, relataban el martirio de San Tesifón. El Arzobispo encargó más excavaciones, y se encontraron unos restos, más placas que describían el martirio de San Cecilio, San Tesifón y San Hiscio, además de un horno y unas cenizas.

El 6 de junio de 1598, se construyó una casa para guardar las reliquias, y en 1600 empezó la construcción de una colegiata. Se estableció una fundación para la abadía con un abad y 20 canónigos. El símbolo de esta fundación era la Estrella de Salomón que se puede ver por toda la abadía.



En 1610, se paralizaron las obras cuando el arzobispo se mudó a Sevilla, aunque solamente habían construido el patio, la nave meridional, y la iglesia que existe hoy en día. Se puede ver los planes originales para toda la construcción (que nunca se construyeron) en la biblioteca. Al principio del siglo 20, se realizaron más extensiones y se añadió otra planta para el instituto y la universidad. Entonces el edificio consta de tres partes: la Abadía, el Seminario y la Colegiata.

El museo alberga muchas obras de arte incluyendo una copia del "Cristo muerto sostenido por un ángel" de Alonso Cano (a la derecha), y también una colección de vestiduras, tapices, etc. También se puede ver los libros plúmbeos*.

Se guardan las cenizas de los santos mártires debajo de sus estatuas en la iglesia.

También se puede visitar las santas cuevas por debajo de la iglesia. Vinculadas por unos pasillos estrechos, hay unas capillas donde se puede ver otras obras de arte y estatuas. En una de estas capillas, hay el crucifijo que llevó San Juan de Dios cuando pedía limosnas, y en otra hay una piedra que según cuenta la leyenda, cualquier mujer que lo besa, se casará antes de que acabe el año. Finalmente, detrás de una rejilla, hay un horno donde dicen que los mártires fueron quemados.



*En total, se encontraron unos veinticinco libros plúmbeos. Afirmaron que el mártir cristiano San Cecilio, ejecutado durante el reino de Nerón durante el siglo 3, era en realidad de ascendencia árabe en vez de española, y que después de su conversión al cristianismo, había sido ejecutado con otros cristianos castellanos por los romanos.
Algunos pusieron en duda la autenticidad de estos “libros” y fueron condenados por el Papa en 1682. Sin embargo, la polémica continuaba en el siglo 18 como resultado de los descubrimientos realizados en la Alcazaba de Granada. Se los mandaron a Madrid y después a Roma para su estudio, y se decidió que no eran auténticos y que se los debería destruir. Sin embargo, a la iglesia no le interesaba decir que las reliquias de los mártires no eran auténticas ya que en este momento la confianza en la doctrina católica estaba descendiendo: al exponer las reliquias en vitrinas, se podía garantizar unos donativos generosos.




Afortunadamente, no se destruyeron los libros, y en junio de 2000, fueron devueltos por fin a Granada.

Se responsabilizaron a un grupo de moriscos (musulmanes que se habían convertidos al cristianismo después de la Reconquista). Su propósito era probar que su historia era tan antigua como la de los castellanos de siempre, y que eran descendientes de San Cecilio de otros mártires, quienes se habían convertido al Islam después de la invasión musulmana y otra vez al cristianismo después de la Reconquista.
Se celebra el día de San Cecilio, el patrono de Granada, el 1 de febrero, y en el domingo más cercano, hay una romería a la abadía. Después de la misa, hay una fiesta con bailes y música. Las personas llevan su propia comida y se reparten las tradicionales habas, "saladillas" y bacalao.

http://www.andalucia.cc/adn/plumbeos.htm

LOS LIBROS PLÚMBEOS DE GRANADA

Los Libros Plúmbeos, tan desconocidos como confusa la información que se publica sobre ellos, están ya en Andalucía. El 17 de junio de 2000 el Arzobispo de Granada, Antonio Cañizares Llovera, los recibió en Roma de manos del cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio).

Resulta que tras la caída del reino andaluz de Granada en manos castellanas y las consiguientes persecuciones de los cristianos hacia los musulmanes, parece que un grupo de moriscos (musulmanes conversos al cristianismo), idean un método para conseguir ser reconocidos como castellanos viejos en una sociedad que condenaba a judíos, musulmanes y conversos.
Así el 15 de marzo de 1595 el buscador de tesoros Sebastián López, de Jaén, encuentra en una cueva de las laderas de Valparaíso una lámina de plomo con unas inscripción en latín que decía "Cuerpo quemado de San Mestión martir. Fue martirizado en tiempo dle imperio de Nerón".
Comunicado el hallazgo al arzobispo de Granada, Pedro de Castro, los acontecimientos se precipitan al aparecer días después una segunda lámina com lápida de San Hiscio, discípulo del Apóstol Santiago. El arzobispo ordena nuevas búsquedas y "aparecen" huesos, una calavera, y el primer libro, "De Fundamentun Eclesiae", de plomo, redondo, del tamaño de una hostia y escrito en cinco hojas por amas caras, con caracteres y puntos apenas legibles. En días y años sucesivos, hasta 1599 aparecerán nuevas láminas, que suministraban las primeras noticias concretas acerca del santo granadino San Cecilio martirizado junto a doce compañeros por los romanos.
La Iglesia acoge con entusiasmo estas reliquias causando gran revuelo en la época y reconoce en un sínodo que las reliquias pertenecían a discípulos de los Apóstoles martirizados en la antigua Ilíberis por orden del emperador Nerón. De esta forma los cristianos viejos entroncaban con su pasado tras ocho siglos de paréntesis musulmán, y los moriscos creían tener justificación para no ser expulsados de la tierra que les vio nacer, por ser ellos descendientes de aquellos mártires. Es decir un morisco demostraba que era tan viejo como un castellano viejo pues descendía de San Cecilio y otros mártires que murieron con él en la época romana, luego por la invasión musulmana adoptó el Islam y siglos después cuando la "reconquista" cristiana volvía a ser cristiano. Ver documentos relacionados sobre los moriscos dentro de ADN.libros plúmbeos
Expertos moriscos como Miguel de Luna y Alfonso del Castillo, junto a castellanos como el Marqués de Estepa o canónigos y catedráticos, intentan traducir las inscripciones.
Estos libros, que de ser ciertos echaban por tierra tantas doctrinas de conquistas y expulsiones, fueron trasladados a Madrid en 1631 y desde allí en 1642 a Roma para su estudio, siendo declarados falsos y heréticos por el Santo Oficio en 1682, permaneciendo ocultos y en la leyenda hasta que finalmente el Vaticano los ha reintegrado a Granada para su estudio y admiración en este junio de 2000.
Parece ser que los libros y reliquias no eran del siglo III sino del XVI por lo que no eran "auténticos" , sin embargo lo ideal sería que la Universidad de Granada pueda estudiar los libros y darnos una versión actualizada y más científica del contenido de los plúmbeos.

A continuación y como complementeo la moción que presentó Izquierda Unida en el Parlamento de Andalucía. De buen fin pero de débil argumento.

El Grupo Parlamento de IZQUIERDA UNIDA LOS VERDES-CONVOCATORIA POR ANDALUCIA
(IU LV-CA), con arreglo a lo previsto en el artículo 165 y siguientes del Reglamento de la Cámara, formuló el pasado 19 de Noviembre, (de 1999) la siguiente proposición no de ley en la comisión de Cultura, Turismo y Deportes (asentado en el libro de Registro de Entrada con el Nº 11006) relativa a la recuperación de los libros plúmbeos del Sacromonte granadino.

Exposición de motivos



En el último tercio del siglo XVI en Granada seguía vigente la división entre cristianos viejos y cristianos nuevos, es decir, entre moriscos y no moriscos y ya se vislumbraba la "solución final" a la castellana que a principios del siglo XVII se pondrían en marcha en todos los reinos unificados por los Reyes Católicos.

Ello unido a que en la recientemente "reconquistada" Granada había una verdadera necesidad de justificar la llamada reconquista con una inexistente tradición cristiana, hizo que, muy posiblemente, un grupo de moriscos cultos
granadinos (con la nobilísima causa de conseguir la libertad) utilizasen la imaginación en su lucha contra la intolerancia del nuevo estado basado en la uniformización de la lengua, la religión y las costumbres.

Desde 1.588, y en un ensayo general que dio muy buen resultado, "aparecen" entre los escombros de la llamada Torre Vieja de la mezquita mayor nazarí una caja de plomo con varios objetos y un pergamino escrito en árabe, castellano y latín que suministraba las primeras noticias concretas acerca de San Cecilio.

Tras el éxito obtenido y desde 1.595 "aparecieron" veintidós libros plúmbeos que son, según el doctor Miguel José Hagerty, "el último testimonio escrito en la lengua árabe de la civilización andalusí ya en su penosa fase final: la morisca".

En 1.631 estos documentos fueron trasladados a Madrid y desde allí a Roma para su estudio. Allí siguen estos documentos granadinos que son parte de nuestra historia.

BIBLIOGRAFIA:

GABRIEL POZO. Diario IDEAL de Granada. 18 de junio de 2000

21 de julio de 2008

Granadinos del Siglo XX


FELIPE ROMERO OLMEDO
Abogado y escritor (1930-1998)

Prestigioso abogado laboralista y narrador histórico. Nació en Granada en 1930. Casado con la pintora Maripi Morales, y padre de cinco hijos, era un hombre muy apreciado en el ámbito sindical granadino, al que defendió en numerosas ocasiones en la época franquista y en los años de la transición desde su puesto como funcionario del Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación.

En 1995 escribió El segundo hijo del mercader de sedas, novela cargada de lirismo y efectividad narrativa, ambientada en la decadencia de Granada, y considerada la mejor obra del género escrita desde Granada. Póstumamente apareció El mar de bronce, segunda parte de una trilogía que ya no podrá ser. Murió en agosto de 1998. Sus mucho amigos le rindieron un homenaje el 24 de noviembre del mismo año.

Granadinos del siglo XX | Redacción ideal.es

13 de julio de 2008

http://es.wikipedia.org/wiki/Seda

La seda es una sustancia de consistencia viscosa formada por una proteína llamada fibroína. Ésta es segregada por las glándulas de ciertos artrópodos, pero la de mejor calidad es la obtenida de los capullos creados por la larva de Bombyx mori, más conocida como gusano de seda, cuyo principal alimento son las hojas de la morera. El gusano de seda es criado en cautividad para obtener sus preciados capullos, en un proceso denominado sericultura. El aspecto brillante y terso de la seda, por lo cual es muy valorada, se debe a la estructura prismática triangular de sus fibras, que le permite reflejar la luz que incide sobre ésta en diferentes ángulos. Es debido también a su estructura que con ella se tejan telas de alta calidad y extraordinaria resistencia.

Las "Sedas silvestres" las producen otras larvas diferentes de la de Bombyx mori y que no pueden ser domesticadas. Una amplia variedad de sedas silvestres se han conocido y utilizado en China, en el sur de Asia, y en Europa desde tiempos inmemoriales, pero la escala de su producción siempre ha sido bastante más reducida que la de la seda cultivada. Éstas difieren de la variedad domesticada en el color y en la textura, y siempre contando además con el factor de que los capullos han sufrido serios daños en el momento en que la polilla ha salido de éstos. Es por eso que el hilo de seda silvestre que sale de éstos capullos está desgarrado y el hilo resultante sale más corto en longitud. En cambio, en el cultivo comercial se sumergen los capullos con las larvas dentro y se las mata por ebullición, antes de que puedan salir de éstos, extrayendo los restos con un punzón o aguja, con lo cual se puede deshilachar el capullo entero en un hilo continuo. Esto permite que el hilo sea más fuerte para poder tejer ropa más sólida. Además, las sedas salvajes también suelen ser mucho más difíciles de teñir que la seda doméstica.

Hay algunas evidencias de que la seda salvaje se produjo ya en pequeñas cantidades en la zona mediterránea y en Oriente Medio en tiempos primitivos, y que la seda doméstica vino importada procedente de China.

http://geoffreyfox.blogspot.com/2007/07/cuando-granada-perdi-sus-moros.html

20 julio 2007

Cuando Granada perdió a sus moros

La lectura de El segundo hijo del mercader de sedas (Ediciones Ubago, 1995. 7 ed. Granada: Comares, S. L., 2003), del abogado laborista Felipe Romero, te lleva por todas las calles, plazas y cerros notables de Granada de principios del s. XVII. Fue cuando finalmente expulsaron a los moros que habían sido vencidos ya hacía un siglo, hecho que (según esta narrativa) sumió la otrora espléndida ciudad en la miseria. Como dice el mercader de sedas a su segundo hijo en víspera de la expulsión,
sin ellos a esta ciudad se la comería la miseria y que su ruina duraría por siglos. Sus campos quedarían abandonados, sus ganados sin pastores, las fraguas sin herreros, sin posibilidad de construir nuevas iglesias por la carencia de alarifes, las maderas se pudrirían en los cobertizos al no haber quien las tallase, las huertas de la Vega sin buenos hortelanos que sepan llevar el agua por acequias y atarjeas, y los tejedores, los tintoreros, los tundidores, expulsados de la ciudad en la que ya no habría ni lana ni seda.
Para animar esta nostalgia por la ciudad que era, Romero ha inventado un cronista que une en su sangre las grandes corrientes históricas: "Soy el segundo hijo del mercader de sedas Esteban Lomellino; mi nombre es Alonso de Granada... y descendiente, por mi madre, de la princesa Cetimeriem y de Yahya al Nayyar, hermano del que fue rey y señor de la Alhambra Muley-Hacen…"

Alonso de Granada Lomellino, estudiando para sacerdote (porque su padre quiere que llegue a ser obispo, o por lo menos, santo), se hace discípulo de otro Alonso, Alonso del Castillo, el viejo médico y traductor de árabe, hebreo y latín, que ha impresionado sobradamente al arzobispo de Granada con sus traducciónes de antiguos libros de plomo, escritos en árabe y contando la vida y milagros de san Cecilio, un compañero de Cristo que llegó a ser martirizado en Granada. Al joven Alonso le enseña leer árabe, y más importante, la tolerancia por todas las religiones que, según Alonso del Castillo, adoran al mismo dios.

Pero el viejo traductor es en realidad un moro que no ha abjurado el Islam, sino a contrario, ha fabricado y colocado los falsos textos de plomo para convencer a los cristianos a seguir los mandamientos del Corán, como si el supuesto Cecilio (¿otro invento del viejo traductor?) hubiera anticipado por seis siglos lo que escribiría Mahoma (lavarse 5 veces al día y rezar mirando a Meca, etc). Pero se descubre el fraude y entonces la Iglesia y la Corona deciden expulsar hasta el último moro. El joven Alonso, ya canónigo, pierde a su querido maestro y el primer amor de su vida, cuando el viejo Alonso es degollado por su audacia. Ahora el segundo hijo del poderosísimo y riquísimo mercader de sedas desafía a su padre por primera vez en su vida, y rehusa acompañarlo a Italia. Prefiere permanecer en su querida pero muy castigada Granada, como simple fraile -- y su extraña decisión (renunciando las riquezas y poder eclesiásticos que su padre le había arreglado en Italia) combinado con sus nobles orígenes, hacen que tanto los aristócratas como el populacho lo tomen por santo, esperando que haga milagros.

Además de su amor platónico por el viejo falsificador de libros de plomo, el futuro santo Alonso del Amor de Dios tiene dos amores carnales en su larga vida: la primera con una morisca de 13 años (afortunadamente, no le deja descendencia) y, años más tarde, un joven y guapo novicio, Alberto. Pero aparte de eso, pasa casi toda su vida entre un estupor religioso y la hipnótica observación de su paisaje.

Es uno de esos libros que habrán sido mucho más apasionantes escribir que leer. Para un resumen mucho más detallado, por alguien que sí se apasionó por su lectura (a diferencia de su servidor), y con ilustraciones simpáticas de Granada y sus moros, ve la página de José Lupiáñez.

Y para un poco de historia, LA ESCLAVITUD DE LOS MORISCOS DE GRANADA (S.XVI)

http://www.joselupianez.com/an5.htm

Una de las lecturas más regocijantes de los comienzos de este verano me la ha proporcionado la novela de Felipe Romero, El segundo hijo del mercader de sedas (Ánade Narrativa, Granada, 1995). A través de sus páginas he podido volver a un tiempo que fue clave para la historia de nuestro país y de nuestra cultura: me refiero aquellas décadas de finales del siglo XVI y comienzos del XVII, dorados siglos entre los cuales tiene lugar la vida de un personaje apasionante: la del monje carmelita Fray Alonso del Amor de Dios. Nos desvela éste, al desgranar los episodios de su propia biografía, la encrucijada de una España inflamada por la fe, que acabará negándose a sí misma al expulsar a los últimos musulmanes de todas sus tierras. Tiempo mágico y difícil también, en el que van extinguiéndose los optimismos renacentistas y abriéndose paso los sentimientos de pesimismo, en un Imperio que inicia su declive y al que sólo va quedándole la excusa de defender la ortodoxia del catolicismo, para encubrir sus muchas otras carencias.